lunes, 27 de agosto de 2012

Poema sin título 2

Ignoro las causas
escucho los ecos
que tantean el aire
en busca de huecos.
Sonrisas y llaves
de puertas que esconden
lo que en tus ojos arde.
Y liban poemas
de sol y vinagre
en estambres de azúcar y edulcoradas sales.
Enajenados deshielos
y endurecidos panes
y voces de niños
que no tienen padres
y viven de sueños
y mueren de hambre.
Al otro lado de la pantalla
como mi sed, como el verano.

martes, 21 de agosto de 2012

Mañana



Me quedo en la frontera, siempre en terreno de nadie, a la espera de la esperanza infame que aplaque esta ingrávida sensación de tiempo.
Mañana sobre la almohada saborearé la ausencia de este día, y mañana contaré un año más de invierno quebrado y primavera sigilosa anticipo de un verano de inocentes cosquilleos y mar, siempre el mar.
Mañana despertar será otra certeza tambaleándose, como todo, y seguiré rumiando el eterno verbo.
Mañana.


"En mis sueños siempre tienes veinte años" 
(Kirmen Uribe)

lunes, 13 de agosto de 2012

Poema sin título

De niños nos dio por perseguir
balones, palomas,
cometas, disyunciones...
De mayores nos prohibió el psiquiatra
malvivir y aprendí contigo a descubrir
los andenes de los ojos,
el perfume del aquí, el sí.
Bajamos en ascensor al techo
y peldaño a peldaño
incumplimos el sueño.
Al volante del taxi ocupado
del olvido vaga el pasado
sin dinero.
Recuerdo sin nitidez tu pupila
erguida y la barba escueta sobre tus mejilla
de bebé, sin cuna ni olas.
Olivos y más olivos cuelgan
de mis pestañas al pensarte
envuelto en el mar
que enmudecía a nuestra espalda.

sábado, 11 de agosto de 2012

Número 7

Tengo la boca llena de flores
por los cerros de Úbeda
me lleno certezas, que mienten.
En el número siete, un bar,
con vasos llenos
de una melancolía insana
rubia y con espuma
que puebla de canciones
un sol que no calienta,
que abrasa corazones.
Arden los móviles que no suenan
y en casa una ilusión aguarda
fronteriza y pintoresca,
sin prisa ni dueño.





jueves, 2 de agosto de 2012

Deshielo

Mi almohada teje los sueños
que en la popa de la vigilia no supe esculpir.
Se llena de sal la cama,
medio llena de corazones,
medio vacía.
Kilómetros de playa nos separan
para siempre y equidista un pecado
que no cometemos.
Por falta de llama nos abrasamos
el pecho.
El vientre obedece a los dedos
y ajenos al ritmo nos agarramos
al eco.
Enjambre de hieles,
champagne de abrebadero,
para fieras
que celebran con humedad el deshielo.

Mi almohada ahuyenta vigilias
que mis sueños no supieron tejer.
Y en medio del tiroteo,
firmamos la paz armada,
sin besos, ni llantos;
aroma en los párpados, metralla.