Me quedo en la frontera, siempre en terreno de nadie, a la espera de la esperanza infame que aplaque esta ingrávida sensación de tiempo.
Mañana sobre la almohada saborearé la ausencia de este día, y mañana contaré un año más de invierno quebrado y primavera sigilosa anticipo de un verano de inocentes cosquilleos y mar, siempre el mar.
Mañana despertar será otra certeza tambaleándose, como todo, y seguiré rumiando el eterno verbo.
Mañana.
"En mis sueños siempre tienes veinte años"
(Kirmen Uribe)
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