martes, 3 de abril de 2012

Alma

Volátil criatura, déjame  tocarte
deja que el látex de mis manos
''El jóven y su alma''
 (Dibujo de Federico García Lorca)
te embriague el pecho hasta seducirte.
Sal a la luz, luz imaginada por todos
y llena de artificios,
luz ruidosa, penetrante; oscura.
¿Dónde te encuentras agavillada
si mis dedos exhaustos no te alcanzan?
Si estás sangrando…
Entre el corazón y la pleura te pensaba
y se esfuma ahora el anhelo infantil
de hallarte, tangible y asustada.
Para qué ese batallón de costillas
custodiando una nada,
llena de nadas.
Si estás sangrando…
Si ahora me colma las sienes
tu carne y mis ojos reflejan vísceras
y pieles sórdidamente opacas.
No queda tiempo, gran escondite,
he de marchame.
Y mi afán por encontrarte
será quizá bastante,
tal vez lejos de pulmones de hinojo
en la espina dorsal, en los ojos
o llena de músculos.
Te imaginaré de colores,
azabache o embarrada
según el día.
Mientras sigue colmándome la vista,
los estambres y las espinas.

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