martes, 26 de junio de 2012

Su poema era una cara

El juego de palabras del título no es más que una de las maneras que se me ha ocurrido para retratar con una frase a éste caballero que dejó quizá, los versos más eternos del eterno pueblo...del amor eterno (mientras dura)...
Cultura a la sombra de una palmera eterna...




No me conformo, no: me desespero 
como si fuera un huracán de lava
en el presidio de una almendra esclava 
o en el penal colgante de un jilguero. 
Besarte fue besar un avispero
que me clava al tormento y me desclava 
y cava un hoyo fúnebre y lo cava 
dentro del corazón donde me muero.
No me conformo, no: ya es tanto 
y tanto idolatrar la imagen de tu beso
y perseguir el curso de tu aroma.
Un enterrado vivo por el llanto, 
una revolución dentro de un hueso, 
un rayo soy sujeto a una redoma.


Miguel Hernández  {El Rayo que no cesa (1934-1935)} 

viernes, 22 de junio de 2012

Mal-estar

La sinrazón de seguir al margen de esta escritura torcida y sin renglones, me enfurece el alma. Somos el tachón promiscuo de su pluma de acero, el borrón en su cuaderno, el endecasílabo errado que hace fallar su métrica. Pero somos más. No la mayoría. Pero somos más. Ahora ya es ''el mañana'' que imaginábamos con alas, ahora ya es el momento de reivindicar el vuelo y soltar el yugo de las corbatas analfabetas que nos quitan las casas. Y es que cuando el periódico de hoy tiña de sepia nuestro futuro y el Estado de mal-estar queme (ya quema) algo más que contenedores, será tarde.
-No damos crédito, me dijo el banquero.
-Venía a decirle algo parecido...

sábado, 16 de junio de 2012

Latidos

Late a destiempo
la arena que me colma
de horas la muñeca.
El corazón dolorido,
carnalmente intacto
reclama mi atención pinchando;                                 
y miles de insectos de barro
me recorren el aliento,
la espina dorsal,
las manos…

Late a destiempo si te pienso
si me pienso,
si “nos mato”.
Y mueren de inanición
nuestros labios
por separado,
como cómplices
absurdos de lo estéril.

Laten silábicos los tiempos
y se desacompasan
las agujas afiladas
las manzanas, los metales
las llamadas a las 3 de la mañana,
los desperfectos,
las retiradas…

Laten con las manos
los recuerdos viejos,
verdes, maduros
o anaranjados.
Y vuelve el pecho a llenarse
de diminutos pedazos
de relojes como pellizcos
que la pleura esconde.

Y lato, lato armónicamente
como el soplo que sin aire
se arremolina en mis vasos
con gin-tonic, sin sangre.

 Lato, poco a poco
esperando  el desarme
inerme aplaco los calambres
con sonrisas que empañen
tus acuarios.
Y si al dormirme
quieres comprobarlo
y te acercas de puntillas,
respirando, oirás
como lato.
                                                 

lunes, 11 de junio de 2012

Impostura


  

Ahora que la impostura
puebla las pantallas,
ahora que el presidente
balbucea si no calla
en las gradas de un estadio
antepone el circo al pan
y deja huérfano el mapa.
Desencanto peninsular, 
hora menos en Canarias,
mienten con sonrisa
sardónica y corbata
publican la esquela de la política
en las páginas
de un pueblo que saca pecho 
en el drama.
Ahora que tocamos el fondo
caídos de un techo
de sombras y cemento,
en llamas se hallan los valores
cobardes de unos pocos.
Ahora es el momento
de acabar con todo
cortar las cuerdas
y masacrar los títeres
Ahora que incluso 
el presente es un futurible
ahora que nos recortan
las ramas.
Ahora cortémosles las alas.

sábado, 9 de junio de 2012

A la hora del café



A la hora del café
desayuna el tiempo fúnebre
los restos de la tostada del invierno.
El calor sofoca 
la imagen del estío compartido,
desde la soledad de un pupitre
que te sueña de colores.
Como si existieras 
con brazos, piernas
y esas manos,
siempre las mismas manos.
Tu voz me lee los pensamientos
y me quedo al descubierto
sin guarida, ni pena, ni sombra.
Y detrás de ese aletear 
de mariposas sin efecto
surge la idea vaporosa
de encontrarte
tras este montón de palabras.             
Allí dónde estés
ajeno a mis desayunos
de espaldas a esta taza de café,
desconocemos los pasos.
A la hora del café
este olor nos pone de espaldas
y sin espadas posibles
derrumbamos las paredes 
que nos aíslan, 
para encontrarnos
para reconocernos.


jueves, 7 de junio de 2012

Reloj


Llueve, llueve sin mucha fuerza pero desde la ventana veo pasar gabardinas grises empapadas y paraguas protectores que gotean lágrimas recién plantadas.
Yo desde aquí no consigo mojarme, por más que los miro el agua no me toca, quizá debería quitarme el jersey y salir a danzar con ellos, puede que solo así consiga secar estas ganas de lluvia.
Además necesito un reloj, podría ir y comprarme uno, atarlo a mi muñeca y sentir que me mojo en el tiempo, que llora minutos esta gran nube negra que camufla hoy todos los soles.
Qué curioso es eso de llevar reloj.
Sigue lloviendo, y yo no soy capaz de soltar el lápiz y dar un paso. Pisar el charco y dejar de ser una estatua. Ya no quedan movimientos que imitar, es hora de reinventar los gestos.

martes, 5 de junio de 2012

Quema las naves

En la belleza que lo inocuo,
desdibuja en el rostro febril
de la escarcha, que amarillenta
los vidrios opacos y fugaces.
Sentir la nieve ignífuga
que amaina tempestades                            
y florecer cerca de las costas
que liman arrecifes
de corales y otros disgustos;
y amapolas y desdichas y difuntos.
Aproxímate sin ropa, sin mundo
ni piel, ni abrigo, ni lumbre.
Y en la plenitud del templo
descálzate el alma,
silba, centellea,
acalla y sueña
con nísperos, con noches
con valles,
e inmerso en cicatrices,
quema las naves.

domingo, 3 de junio de 2012

Leyendo

Sigo bebiendo humo,
humeando alcohol
y destilando el fruto.
Sigo anhelando el sol
asumiendo el frío
y al afilando el filo.
Mi corazón vocifera
quebradizo y remoto,
persiste.
Separad la esencia
de la paja,
y en las huracanadas calmas
que hieren albas
y sofocan lavas,
vomitad el mito
escupid las caracolas
y desamordazar al grito.
Sigo aproximándome
al fin leve del capítulo,
a la moraleja,
al título.
Sin equipaje sobrante,
sin telón ni títeres.
Leyendo,
aquí en esta parte.