martes, 25 de diciembre de 2012

Y fuera el mundo

Huele a invierno que apesta,
y el otoño debajo del nórdico
es más frío.
Bruce Springteen gira esférico
en mi habitación
y el funcionamiento del corazón
me quema las manos.
Los lápices de colores
llenan mis ojos
de una primavera
ágrafa, trágica.
Y fuera el mundo.
Dentro las vísceras
y fuera el resto, todo, tú.
Embriaga la nieve derramada
y la sangre manando de miles
de pechos, ajenos.
Palabras manoseadas
sonidos, como ladridos
como el chirriar de lo inventado
bajo las normas.
Y fuera el mundo.
¿Cómo describir la nada?

El tiro que no damos


Sin un Euro en las Vegas,
me azotan las cadenas 
del hijo patriota sin bandera
que desertó de la incultura
con gomina y teletienda.
Se me llena el pecho de hambre
y el bolsillo inmaculado suda
una moneda.
Como un niño, bajo las sábanas,
escribimos, los cuentos que no quieren que leamos.
El último verso está en blanco.
Somos la culata del tiro que no damos,
y pedimos sin gaznate 
que no nos golpeen el estambre.
Fieros esbirros de la nada,
descerebradas balas de goma,
en paro, sin casa.
El último verso está en blanco,
alerta, silente, vendado.
Y tenemos en el vientre 
un nervio sin dientes
que nos pide batallar.
En la vega baja, sin un euro
germánicamente estériles
se nos llenan los labios de metralla.

Pero el último verso es nuestro,
somos asquerosamente presente.


 

lunes, 27 de agosto de 2012

Poema sin título 2

Ignoro las causas
escucho los ecos
que tantean el aire
en busca de huecos.
Sonrisas y llaves
de puertas que esconden
lo que en tus ojos arde.
Y liban poemas
de sol y vinagre
en estambres de azúcar y edulcoradas sales.
Enajenados deshielos
y endurecidos panes
y voces de niños
que no tienen padres
y viven de sueños
y mueren de hambre.
Al otro lado de la pantalla
como mi sed, como el verano.

martes, 21 de agosto de 2012

Mañana



Me quedo en la frontera, siempre en terreno de nadie, a la espera de la esperanza infame que aplaque esta ingrávida sensación de tiempo.
Mañana sobre la almohada saborearé la ausencia de este día, y mañana contaré un año más de invierno quebrado y primavera sigilosa anticipo de un verano de inocentes cosquilleos y mar, siempre el mar.
Mañana despertar será otra certeza tambaleándose, como todo, y seguiré rumiando el eterno verbo.
Mañana.


"En mis sueños siempre tienes veinte años" 
(Kirmen Uribe)

lunes, 13 de agosto de 2012

Poema sin título

De niños nos dio por perseguir
balones, palomas,
cometas, disyunciones...
De mayores nos prohibió el psiquiatra
malvivir y aprendí contigo a descubrir
los andenes de los ojos,
el perfume del aquí, el sí.
Bajamos en ascensor al techo
y peldaño a peldaño
incumplimos el sueño.
Al volante del taxi ocupado
del olvido vaga el pasado
sin dinero.
Recuerdo sin nitidez tu pupila
erguida y la barba escueta sobre tus mejilla
de bebé, sin cuna ni olas.
Olivos y más olivos cuelgan
de mis pestañas al pensarte
envuelto en el mar
que enmudecía a nuestra espalda.

sábado, 11 de agosto de 2012

Número 7

Tengo la boca llena de flores
por los cerros de Úbeda
me lleno certezas, que mienten.
En el número siete, un bar,
con vasos llenos
de una melancolía insana
rubia y con espuma
que puebla de canciones
un sol que no calienta,
que abrasa corazones.
Arden los móviles que no suenan
y en casa una ilusión aguarda
fronteriza y pintoresca,
sin prisa ni dueño.





jueves, 2 de agosto de 2012

Deshielo

Mi almohada teje los sueños
que en la popa de la vigilia no supe esculpir.
Se llena de sal la cama,
medio llena de corazones,
medio vacía.
Kilómetros de playa nos separan
para siempre y equidista un pecado
que no cometemos.
Por falta de llama nos abrasamos
el pecho.
El vientre obedece a los dedos
y ajenos al ritmo nos agarramos
al eco.
Enjambre de hieles,
champagne de abrebadero,
para fieras
que celebran con humedad el deshielo.

Mi almohada ahuyenta vigilias
que mis sueños no supieron tejer.
Y en medio del tiroteo,
firmamos la paz armada,
sin besos, ni llantos;
aroma en los párpados, metralla.



martes, 31 de julio de 2012

Cuentas pendientes.

Olía a alcohol amargo en aquella repisa desde la que podía contemplarse toda la ciudad. Fantaseaba con las formas inquietas de las diminutas luces de las ventanas que se advertían lejanas y, a veces, se preguntaba si alguien idealizaría aquel quinqué, el cual asomaba tímido y exhausto por intentar vencer la opacidad que envolvía sus movimientos. Se trataba, sin embargo, de una melancolía de “corta y pega”, de las que usan papel envejecido como posavasos sin esperar encontrar algo fresco entre las líneas desgastadas. Utilizar su vida como trabazón de banalidades no le estaba saliendo rentable, o de eso le hablaban las facturas que había perdido deshaciendo la maleta, como tantas otras veces. Modestia aparte, pues nunca la tuvo.                                             

G.R.








viernes, 20 de julio de 2012

Sólo un beso

Se relamen las bocas deslenguadas
en la impotencia potencial que les brinda la locura.
Gimen de miedo nuestros brazos
progenitores de versos huidizos
volátiles
mestizos…

Y es que a la orilla de tus labios
no hay consuelo
ni devenir
ni tiempo,
tengo tras de mi el futuro
y por recorrer apenas dos pasos
tres peldaños despeñados
como el palíndromo
estéril de tu marcha .
Ahora los planes
yacen en un agua opaca, en deuda con la luz.
Y ya no soy ese acorde impar
de tus seis cuerdas,
y ya no suenan a azahar tus letras.

O quizá, sólo un beso.

Sin más ajuar que un par de metáforas
masculladas y moribundas
busco la cúspide en el subsuelo
y cavo hondonadas en el cielo,
invocando al Dios de los ateos.
Voy muriendo, des-naciendo
a manos del impávido segundero,
siempre rítmico.
Muera el tiempo, sin tiempo
sin ti.

O quizá,  sólo un beso.

Vuelvo a tu orilla,
a tus comisuras
a tus mejillas ásperas
mas tan suaves
que adormecen,
me salvan de esta eternidad
de fieras y espadas
siamesa de atardeceres
fértiles, desolados y reos.


O quizá, sólo un beso…


Asistimos al sepelio de verdades absolutas,
que no verán la luz,
fusiladas por macrocefálicos peces
que engordan nuestro abismo,
y en sus redes: no vamos a caer.

O quizá sólo un beso,
quizá sólo un beso sea reprochable.

miércoles, 18 de julio de 2012

Coco


Salí de casa sin pensamiento alguno de trepar a aquel árbol, sin embargo fue tal el impulso que sentí por arrancar ese coco que tuve que encaramarme y comenzar mi ascenso.
Llevada por el felino impulso, usé todas mis fuerzas para escalar aquel tronco inane que me llenaba los brazos, subí, despacio, administrándome el aliento como si no fuese mi debut en aquel arte.
Así contra todo pronóstico alcancé mi meta y logré tocar casi con todos mis dedos la áspera esfera marrón que me había llevado hasta allí.
¡Ya lo tengo!, grité casi involuntariamente, lo arranqué y lo dejé caer con sumo cuidado al suelo para disponer de mis dos manos durante el descenso.
Pero al colisionar contra la superficie se rompió en mil pedazos y su jugo empapó la tierra, la misma que unos minutos me había servido de soporte para impulsarme hacia la primera rama.
Hoy no comeremos coco, hoy ya no te quiero.



martes, 10 de julio de 2012

Esperar al cartero



Me encantaría saber esperar al cartero, aguardar día tras día revisando el buzón, en busca de tus palabras escritas a mano con letras temblorosas, escupidas una a una por la vieja pluma que heredaste de tus hermanos. Fantaseo con la idea de llamarte desde algún teléfono de un bar de la estación porque perdí el autobús y que tu compañero de piso me diga que ya saliste y que todo de repente sea un desastre y que nuestro encuentro y nuestro abrazo penda del hilo azaroso del destino. No hace tanto, nuestros padres lo hacían, esperar las palabras era un hecho cotidiano, recordar una voz hasta volver a tener delante a su emisor, escribir sin saber siquiera cuando serás leído (puede que no lo seas nunca). ¿No es eso maravilloso?... Sin embargo tus palabras y las mías cohabitan ahora hacinadas con otras muchas en Facebook, Twitter, Tuenti etc. allí, a golpe de teclado naufragan junto a nuestros rostros que olvidaron hace tiempo los significados, regalando significantes en tiempo real, a destiempo. Interactuando con todo aquel que con otras manos, quizás desconocidas, teclee palabras con letra firme (Times New Roman 12) acerca de cualquier cosa, pues ya no esperamos conversaciones únicas. Me encantaría saber esperar al cartero, ansiar un sobre o tu voz entrecortada, pero ya no espero a nadie, basta con marcar los 9 dígitos de su número de teléfono, escribir a tientas, sin alma, un mensaje o; 3G mediante, mandar un whatsapp acompañado de algún emoticono explicativo para saber al instante qué, dónde, hasta cuándo y con quién está. Aborrezco estas teclas.


domingo, 1 de julio de 2012

Sueño (I)

Hacía tiempo que no recordaba un sueño nitidamente, pero esta mañana el peso de la trama de la que había sido protagonista durante las 9h de descanso de hoy era demasiado y me veo obligada a intentar transcribirlo:


Pues bien, yo estaba con mi amiga Elena tomándome un algo en una terraza que hasta el momento era un bar normal pero de repente aparece el exnovio de mi compañera de piso (Reme) y entra a comprar detergente, suavizante y mousse de chocolate (sí,sí en el bar). Al percatarse de nuestra presencia nos dedica una mirada asesina que hace que nos asustemos un poco (por alguna extraña razón sospechamos que haya podido hacer alguna locura, aunque la compra que lleva entre las manos es más propia de una ama de casa que de un criminal). Tras esta primera toma de contacto me levanto y le pregunto qué hace allí, él me responde (con palabras mal sonantes) que no es de mi incumbencia y se larga.
Asustada llamo a Reme y antes de que pueda hablar con ella vuelve el susodicho y me rompe el teléfono (para no faltar a la verdad he de decir que en el sueño mastica y escupe la tarjeta de mi móvil)...
Después de esto (no lo recuerdo con claridad) comienza una persecución por las calles de las tascas de Murcia, corro y corro hasta que me encuentro con... ¡atención!...Juan Echanove, El Gran Wyoming y otro señor al que no reconozco. Como si de un amigo se tratase le cuento lo sucedido a Juan, agarrándolo del brazo y le pido que me ayude... Así queda la cosa porque como si estuviera a las ordenes del mismísimo Tarantino aparezco llamando a la puerta de la casa de mi abuela (en Abanilla), que no es de mi abuela porque la que vive ahora allí es Reme. (¡toma ya!) Me abre y... Me despierto.

martes, 26 de junio de 2012

Su poema era una cara

El juego de palabras del título no es más que una de las maneras que se me ha ocurrido para retratar con una frase a éste caballero que dejó quizá, los versos más eternos del eterno pueblo...del amor eterno (mientras dura)...
Cultura a la sombra de una palmera eterna...




No me conformo, no: me desespero 
como si fuera un huracán de lava
en el presidio de una almendra esclava 
o en el penal colgante de un jilguero. 
Besarte fue besar un avispero
que me clava al tormento y me desclava 
y cava un hoyo fúnebre y lo cava 
dentro del corazón donde me muero.
No me conformo, no: ya es tanto 
y tanto idolatrar la imagen de tu beso
y perseguir el curso de tu aroma.
Un enterrado vivo por el llanto, 
una revolución dentro de un hueso, 
un rayo soy sujeto a una redoma.


Miguel Hernández  {El Rayo que no cesa (1934-1935)} 

viernes, 22 de junio de 2012

Mal-estar

La sinrazón de seguir al margen de esta escritura torcida y sin renglones, me enfurece el alma. Somos el tachón promiscuo de su pluma de acero, el borrón en su cuaderno, el endecasílabo errado que hace fallar su métrica. Pero somos más. No la mayoría. Pero somos más. Ahora ya es ''el mañana'' que imaginábamos con alas, ahora ya es el momento de reivindicar el vuelo y soltar el yugo de las corbatas analfabetas que nos quitan las casas. Y es que cuando el periódico de hoy tiña de sepia nuestro futuro y el Estado de mal-estar queme (ya quema) algo más que contenedores, será tarde.
-No damos crédito, me dijo el banquero.
-Venía a decirle algo parecido...

sábado, 16 de junio de 2012

Latidos

Late a destiempo
la arena que me colma
de horas la muñeca.
El corazón dolorido,
carnalmente intacto
reclama mi atención pinchando;                                 
y miles de insectos de barro
me recorren el aliento,
la espina dorsal,
las manos…

Late a destiempo si te pienso
si me pienso,
si “nos mato”.
Y mueren de inanición
nuestros labios
por separado,
como cómplices
absurdos de lo estéril.

Laten silábicos los tiempos
y se desacompasan
las agujas afiladas
las manzanas, los metales
las llamadas a las 3 de la mañana,
los desperfectos,
las retiradas…

Laten con las manos
los recuerdos viejos,
verdes, maduros
o anaranjados.
Y vuelve el pecho a llenarse
de diminutos pedazos
de relojes como pellizcos
que la pleura esconde.

Y lato, lato armónicamente
como el soplo que sin aire
se arremolina en mis vasos
con gin-tonic, sin sangre.

 Lato, poco a poco
esperando  el desarme
inerme aplaco los calambres
con sonrisas que empañen
tus acuarios.
Y si al dormirme
quieres comprobarlo
y te acercas de puntillas,
respirando, oirás
como lato.
                                                 

lunes, 11 de junio de 2012

Impostura


  

Ahora que la impostura
puebla las pantallas,
ahora que el presidente
balbucea si no calla
en las gradas de un estadio
antepone el circo al pan
y deja huérfano el mapa.
Desencanto peninsular, 
hora menos en Canarias,
mienten con sonrisa
sardónica y corbata
publican la esquela de la política
en las páginas
de un pueblo que saca pecho 
en el drama.
Ahora que tocamos el fondo
caídos de un techo
de sombras y cemento,
en llamas se hallan los valores
cobardes de unos pocos.
Ahora es el momento
de acabar con todo
cortar las cuerdas
y masacrar los títeres
Ahora que incluso 
el presente es un futurible
ahora que nos recortan
las ramas.
Ahora cortémosles las alas.

sábado, 9 de junio de 2012

A la hora del café



A la hora del café
desayuna el tiempo fúnebre
los restos de la tostada del invierno.
El calor sofoca 
la imagen del estío compartido,
desde la soledad de un pupitre
que te sueña de colores.
Como si existieras 
con brazos, piernas
y esas manos,
siempre las mismas manos.
Tu voz me lee los pensamientos
y me quedo al descubierto
sin guarida, ni pena, ni sombra.
Y detrás de ese aletear 
de mariposas sin efecto
surge la idea vaporosa
de encontrarte
tras este montón de palabras.             
Allí dónde estés
ajeno a mis desayunos
de espaldas a esta taza de café,
desconocemos los pasos.
A la hora del café
este olor nos pone de espaldas
y sin espadas posibles
derrumbamos las paredes 
que nos aíslan, 
para encontrarnos
para reconocernos.


jueves, 7 de junio de 2012

Reloj


Llueve, llueve sin mucha fuerza pero desde la ventana veo pasar gabardinas grises empapadas y paraguas protectores que gotean lágrimas recién plantadas.
Yo desde aquí no consigo mojarme, por más que los miro el agua no me toca, quizá debería quitarme el jersey y salir a danzar con ellos, puede que solo así consiga secar estas ganas de lluvia.
Además necesito un reloj, podría ir y comprarme uno, atarlo a mi muñeca y sentir que me mojo en el tiempo, que llora minutos esta gran nube negra que camufla hoy todos los soles.
Qué curioso es eso de llevar reloj.
Sigue lloviendo, y yo no soy capaz de soltar el lápiz y dar un paso. Pisar el charco y dejar de ser una estatua. Ya no quedan movimientos que imitar, es hora de reinventar los gestos.

martes, 5 de junio de 2012

Quema las naves

En la belleza que lo inocuo,
desdibuja en el rostro febril
de la escarcha, que amarillenta
los vidrios opacos y fugaces.
Sentir la nieve ignífuga
que amaina tempestades                            
y florecer cerca de las costas
que liman arrecifes
de corales y otros disgustos;
y amapolas y desdichas y difuntos.
Aproxímate sin ropa, sin mundo
ni piel, ni abrigo, ni lumbre.
Y en la plenitud del templo
descálzate el alma,
silba, centellea,
acalla y sueña
con nísperos, con noches
con valles,
e inmerso en cicatrices,
quema las naves.

domingo, 3 de junio de 2012

Leyendo

Sigo bebiendo humo,
humeando alcohol
y destilando el fruto.
Sigo anhelando el sol
asumiendo el frío
y al afilando el filo.
Mi corazón vocifera
quebradizo y remoto,
persiste.
Separad la esencia
de la paja,
y en las huracanadas calmas
que hieren albas
y sofocan lavas,
vomitad el mito
escupid las caracolas
y desamordazar al grito.
Sigo aproximándome
al fin leve del capítulo,
a la moraleja,
al título.
Sin equipaje sobrante,
sin telón ni títeres.
Leyendo,
aquí en esta parte.

jueves, 31 de mayo de 2012

Los pétalos


Que paren los golpes
que me sangran los pétalos…
abajo las armas
que ya no me encuentro,
Se ha muerto
el pistilo
llorando de miedo.
Yo ladro ante tanto sabueso
con cascos opacos y
armazones de hierro.
Avivad los estambres
que vienen con fuego
desvestid las corolas
que nos vean el cuerpo
la piel, las pupilas
los poros, los nervios…
Acallad sus disparos
con el tallo de un derecho…
La raíz demócrata
de la flor del pueblo,
fotosíntesis inversa
una idea y un verso.
Que paren los golpes
que me sangran los pétalos…
y derramo la savia
la injusticia, la rabia
de la lucha que ahora
con sus voces desgranan.
No encuentro el sentido
al dictamen del necio.      
Que paren los golpes
que me salgo del tiesto.


martes, 29 de mayo de 2012

Viaje de ida


Bajo la piel húmeda y leve
de los ojos,
tras el aletear escabroso
de los pájaros,
en la competición agónica
de las gotas,
allí, lejos, te sigo viendo.
Se me hacen cuesta arriba las bajadas
y trepo cuando cuelgo de tus ramas
de mis ramas,
de nada.
Déjame al menos
explicar mi disléxica sintaxis
decirte sólo que no sé
decirte, sólo eso.
Que te fotosintetizan a la inversa
las amapolas de mi cerebro.
y las copas de vino están ya ebrias
cuando las beso,
y los insectos tullidos
salen, hoy, del bar ilesos.
¿y yo?
-Yo sólo eso
¿y tú?
Mejor seguir
zurciendo esculturas
de carne, y de hueso.
Víboras de lo incierto
Incertidumbre de tintineos.
Bajo lo poroso de la roca
la endurecida esponja del deseo
se deja exprimir dócil
y las lágrimas emprenden ya, su
noctámbulo viaje de ida.

domingo, 27 de mayo de 2012

Olas


A modo de roca me encuentro inmóvil ante la playa, el mundo sin embargo gira y gira sin tregua, ajeno a mi estado de pasajera estatua…
Observo las olas que no rompen, incluso aquellas que no son lo suficientemente grandes como para llamarse olas, vil y excluyente lenguaje; esas son mis preferidas, las minúsculas, las cobardes.
Van codeándose con gigantes de espumosas efervescencias que hallarán la orilla con avara inminencia mientras ellas, impotentes languidecerán en su diminuta cresta…
No saben sin embargo que yo las observo, y entiendo su miedo, su miedo a la orilla, su miedo a la muerte.


viernes, 25 de mayo de 2012

Cristal



Quizá nos esquiven los espejos al fracasar
o el cristal que nos contiene se oscurezca
puede que al alejar las bocas, nos rocemos los labios
y reblandecidas inermes nuestras manos
escupan la espuma que nos separa.
Tal vez al escribir consuma
la ceniza de todo lo que no fumo
y el vientre en cinta de la duda se juegue
a cara o cruz mi suerte.
Y el beso en la frente febril de los tiernos
enloquezca y le crezca hasta la lengua.
Tan solo el cuerpo que describo y ausculto
con cautela solidifica la lava del texto,
solo este caminar sin alma
maquilla todo lo que anhelo.
Y desemboco a la altura de mis pies,
sin ropa, ni embarcación a la vista,
sin rocas.
Quizá nos persiguen los espejos al evocar
la luz que nos deslumbra.
Dinamitemos el cristal que nos contiene.

Y si bailas...


Son las 11 en la catedral,
son tus noches preñadas de alquitrán,
o el ron si limón
que embalsama las gargantas.
Y fumas y apagas
volcanes sin lava.
Yo sonrojada de amapolas
llego impuntual, 
con la muñeca llena de arena,
sin horas.
El saludo enlentece
las sístoles, se funden los vasos,
y tus hielos y mis hielos
van quemando el olor
a primavera rota, que venía silbando.
Arden los rastrojos de otros inviernos
y amanece de madrugada,
y esta luna que guardas para mí,
entre los dedos. 
Descongela las miradas
que lloran sin tempo,
de risa y de miedo,
sonriendo.
Y si bailas acabará
la ropa en la popa
de tus ganas.
Y si bailo caerá
el alud que todavía guardas.

miércoles, 9 de mayo de 2012

Desde este balcón


Desde este balcón que apenas hoy me sostiene sólo veo ruinas. Escombros de un edificio que antaño me cubría de sombras.
Dudo de todas las certezas que me colmaban el pecho y siento que es el momento de creer en nada, de clavar la pértiga y tomar impulso. Como si se tratase de dar un salto, como si genuinamente renovados nos diese por correr hasta agotarnos.
Sin embargo ni siquiera muevo los párpados, estoy quieta como un miembro más de este embarcadero de cuerpos, esta marea de voces que anudan jilgueros. Este océano.
Puede tal vez que te esté recordando, que las ruinas sean tus huesos y esa luz que ahora deja entrar el día en mi balcón me llene los ojos de aire, para verte sólo el cuerpo, para superar tu vientre de alquitrán, polvo y escarcha.
Rejuvenecer un poco más y morir de vieja, en el límite de este acantilado, desde este balcón.

viernes, 20 de abril de 2012

Verborrea

En la frontera física de lo etéreo
nos hacemos cosquillas en el vientre
jugando entre dientes con palabras
que nos hacen compartir
cuando enmudecen.
El fango nos cubre las rodillas,
arcillosas, el alma siempre
de piedra es la imagen
estival de la primavera.
Y un gorrión sin ventana ni escalera
se posa en mi mordaza,
en mi verbena y vuela bajo el pez,
y burbujea, la idea de tu escarcha
en mi azotea,
la forma de tus brazos,
la luna en quiebra;
la crisis de tus pecas,
la primavera.
La rima con bilis de las peleas,
la clara sin yema de tus dilemas,
la suerte en el pecho,
mi verborrea.
Que muera la muerte en la carretera
que suban que bajen
que retrocedan
los que esperan el final
la mortaja , el parto
la nostalgia…el bar.


miércoles, 11 de abril de 2012

Escafandra

En la negatividad
del verbo imberbe,
te guiñaré ambos ojos,
me sumergiré
en la esquela bravía
de tus párpados y destruiré
montañas de sal reblandecidas;
con el sudor de un dios
de exquisito apetito
vástago del palpitar de olas,
mares, tifones y oxidadas escafandras
de vino y nueces, y mostaza.


martes, 10 de abril de 2012

(NO) Nos dieron las 10

Fue una noche tildada de festividad, de esas en las que enloquece la cordura dónde los árboles sin frutos maduran, infinitamente bellos. Tirita el alma dentro de un cuerpo que suda canciones y los dedos abrazan los vasos seduciendo su exquisito vidrio, devorándolos.
Buscamos fundirnos con la música y esos ojos, y el otro lado del colchón, el otro, hoy dormirá sólo. Hoy seremos dos, sin soles posibles, esta noche.
Tirita el alma cuando oscurece la luz y amanecen los besos que serán los hielos de este brebaje que nos recorre el gaznate.
Derretidas arden ya las promesas en esta intimidad compartida, sin premeditación, ni amor, ni alevosía.
Y después, siempre, los puntos suspensivos, los quizás, los quién sabe, jueces y parte de este allanamiento sin morada.
Nos deja la noche un sabor agridulce, entre sábanas y persianas un tacto escarlata nos colma de mieles y de nuevo sudamos canciones, esta vez acompañados, irremediablemente solos.
Se marchitan los bares, se derriten los hielos, pero este aroma, de nuevo este perfume de sueños, siempre nuevos, nos arrastra.
La piel, la boca, el torso, los ojos, los párpados, las manos, el cuello, los brazos… Más allá no encontramos nada, ni poemas, ni guitarras, ni mañanas.
Esto termina, esto acabó, como la mejor de las copas, como aquella canción en la que nos daban la 1, y las 2… En un pueblo con mar, una noche después de un desconcierto.

miércoles, 4 de abril de 2012

Bicicleta

Crece la hierba sobre mis zapatos, llenos de fósiles, sal y restos de insectos sin aguijón.
Florece un sol que difumina con sus rayos mi pupila y anticipa un día de sofocantes promesas, sin embargo me hallo impasible detrás de este invierno que me separa del mundo.
Sabiéndome eterna en aquel paseo tan cerca del mar y tal lejos del epicentro decido huir, siempre decido huir.
Coger la bici, llenar los pulmones y pedalear notando que el aire me descalza, me despeina el rumbo y, como las ruedas, giro hasta encontrar de nuevo el camino, mil veces andado, hasta la playa.
Hasta ese mar carente de oleaje que allana con su calma una orilla de artificios embarrada y extrañamente bella.
Ese mar.


martes, 3 de abril de 2012

Alma

Volátil criatura, déjame  tocarte
deja que el látex de mis manos
''El jóven y su alma''
 (Dibujo de Federico García Lorca)
te embriague el pecho hasta seducirte.
Sal a la luz, luz imaginada por todos
y llena de artificios,
luz ruidosa, penetrante; oscura.
¿Dónde te encuentras agavillada
si mis dedos exhaustos no te alcanzan?
Si estás sangrando…
Entre el corazón y la pleura te pensaba
y se esfuma ahora el anhelo infantil
de hallarte, tangible y asustada.
Para qué ese batallón de costillas
custodiando una nada,
llena de nadas.
Si estás sangrando…
Si ahora me colma las sienes
tu carne y mis ojos reflejan vísceras
y pieles sórdidamente opacas.
No queda tiempo, gran escondite,
he de marchame.
Y mi afán por encontrarte
será quizá bastante,
tal vez lejos de pulmones de hinojo
en la espina dorsal, en los ojos
o llena de músculos.
Te imaginaré de colores,
azabache o embarrada
según el día.
Mientras sigue colmándome la vista,
los estambres y las espinas.

sábado, 31 de marzo de 2012

Mide.

Se le deslizaban, sin quererlo, las verdades que intentaba evitar desde la entrada principal de aquel aislamiento disimulado. Precipitaban sincrónicas, jugueteando por una arista inestable que secaba incansable con versos sueltos.
Hería con furia cada pálpito que no le indicara la dirección que creía correcta. No le preocupaba sangrar, sino enfrentarse a su imagen distorsionada por la humedad, por eso siempre que abría el grifo fingía dejar la puerta abierta.
Zigzagueaba con los consejos, como obviedades que no se conocen y tratan de no tropezar en la calle, evitando disculpas posteriores o presentaciones innecesarias.
Silenciar la apetencia. Prescribían sus latidos.


G.R

viernes, 30 de marzo de 2012

Autobús


Es quizá el único momento en el que me meto dentro hasta el fondo, me empapo, me zambullo, me enamoro, y me mezclo con los ojos, las bocas y los zapatos de los otros.
Rutina compartida que serpentea y se entrecruza cientos de veces, hormigas de carne y madera con quehaceres de metal que se esquivan.
En el mismo autobús, en este instante, asientos que asientan la tácita reconciliación con el mundo, palabras que viajan con billete de ida, sin vuelta prevista.
Señores con corbata, ancianos, mujeres con rizos y bebés rollizos que ríen, la música se refugia en auriculares, el hilo musical no suena, la miradas no miran, y en la antesala de cada parada bajan y suben pies que se contradicen, y huyen al revés por las aceras.

Y al otro lado del cristal, el mundo.

miércoles, 21 de marzo de 2012

Día Mundial de la Poesía

Twitter me ha chivado este dato y ninguna excusa es mala para llenarnos un poco de poesía, ahora que como si de un juego de locos se tratase, la primavera nos sorprende armados con paraguas, mojándonos como un buen verso. Aprovecho para citar una frase de Carmen Conde que me gusta mucho pues vence con su sencillez a la belleza de lo complejo.
"La poesía es el sentimiento que le sobra al corazón y te sale por la mano..."
Y como dar con la definición de esta palabra es un acto tan imposible como soberbio opto por compartir este vídeo que recoge frases de unos cuantos que enfermos de poesía consiguieron ser eternos.



lunes, 19 de marzo de 2012

Puntos suspendidos.

Los tres puntos eran dos.
 Se miran con el recelo del que desconoce lo que la palabra oculta y comparten la unidad incompleta de la duda, extrapolable a cada coma de sus conversaciones.
 Más allá de la toga altiva, buscan el axioma primero del rumor de las letras, sin más armas que el olor a café y el tacto firme de los versos que perfilan con las yemas de los dedos.
A veces aguantan el tipo, otras, escalan inseguridades hasta llegar a la posición que les permite la calma momentánea de la visión esférica y entonces vuelven a bajar a jugar el rol, aunque no saben muy bien cuál.
Los tres puntos eran dos.
Se guardan las espaldas, compartiendo la meta de la tinta y el latido incierto.
Más allá de la caducidad de las fechas, saben que no perece sino lo que tirita esparciendo polvo, esbozo de gloria pasada.
A veces rompen la fila e incordian a la ortografía, a los parámetros de corte fino con cubierto de protocolo.
Dos eran los tres puntos, suspendidos en la subsistencia.


                                                                                                                   G.R.